La localidad de Palena, emplazada sobre la frontera con Argentina (a escasos kilómetros de Carrenleufú y Corcovado), es epicentro de numerosas actividades culturales previas a la celebración del 18 de septiembre, la fecha más cara al sentimiento de los habitantes del pueblo trasandino.
Durante toda la semana, una feria gastrónomica, desfile, juegos típicos y comidas campesinas, carreras a la chilena, campeonato de cuecas y un cuadrangular de fútbol de selecciones provinciales dan marco a los festejos.
“Cumplimos 209 años de independencia y lo celebramos como se merece y con una gran fiesta”, precisó el alcalde Ricardo Soto Said, quien en el marco de un almuerzo popular en el Club de Huasos distinguió a una de las abuelas pioneras “que hicieron la historia de Palena. En su caso, con mucho esfuerzo a cuidado por muchos años a una nieta que está postrada”.
También “reconocimos a otros vecinos de sectores más apartados, cuyos padres han fallecido esperando un título de propiedad que nunca les llegó. El Estado de Chile aún está en deuda con ellos, ojalá pronto se haga justicia. Exigimos que se reconozca a estos pobladores que han hecho soberanía”, recalcó.
La comuna de Palena está conformada por un amplio ejido que incluye los parajes Lago Yelcho, El Diablo, El Malito, El Porfiado, Puerto Ramírez, El Tranquilo, El Campana, El Tigre, El Azul, Lago Palena, Río Encuentro y Valle California, entre otros. “En todos los lugares existen escuelas rurales, algunas con solo cinco estudiantes, pero un bastión de soberanía que estamos dispuestos a mantener, porque esos niños necesitan educarse en un ámbito de pertenencia”, explicó Soto.
Con todo, el gran desafío “es llegar con un camino de 19 kilómetros hasta el lago Palena y cruzar a Lago Verde. Es nuestro sueño unir esta región. Nos va a cambiar la vida y nos agregará un plus para el movimiento turístico por una escenario natural realmente espectacular”, graficó el jefe comunal. “Ojalá nos escuchen las autoridades del nivel central y comiencen las obras, sería un logro para el país y apuntalaría el desarrollo de toda esta zona”, agregó.
En otro orden, el alcalde remarcó que “más allá de las cuestiones económicas imperantes, queremos incrementar el vínculo con las localidades cercanas argentinas. Palena es el paraíso en la tierra e invitamos a que nuestros vecinos nos visiten”.
Finalmente, Soto mandó un saludo “en estas fiestas patrias a todos los chilenos que viven en la Patagonia argentina, que con su esfuerzo desde el siglo pasado trabajaron en el petróleo, en las estancias y levantaron las ciudades con sus manos”.
Secreto mejor guardado
Palena “es el secreto mejor guardado de la Patagonia”, destacó a su turno la coordinadora de Turismo, Graciela Carrizo, quien valoró “la mezcla de culturas alemanas y criollas que nos dan identidad, más el aporte que nos llegó desde la Patagonia argentina con todas las corrientes de trabajadores”.
Un desfile en la plaza mostró el viernes a una delegación de campesinos a caballo, ataviados con sus rodilleras de chivo, sus ponchos de lana y sus boinas y sombreros, “muy parecidos a los gauchos. Marca que hay orígenes comunes en su historia y costumbres. Esta zona estuvo durante muchos años aislada de Chile, entonces la gente se vestía en Argentina”, explicó.
En referencia a los servicios disponibles para los visitantes, Carrizo graficó que “contamos con cabañas y hostales. Además hay alojamientos rurales para aquellos que quieran estar más cerca de la naturaleza”, mientras que la gastronomía típica del lugar “es el cordero en todas sus variantes, aunque la oferta también incluye una buena cazuela y otros platos típicos chilenos. Ahora estamos trabajando en un programa de comidas con identidad local”, indicó.
Los pobladores de toda la comuna están dedicados básicamente a la cría de ganado vacuno y lanar y a la explotación de madera y leña, aunque en los últimos años el turismo viene ganando lugar con las excursiones de pesca (es un destino mundial por la presencia del salmón del Pacífico que sube por el río Palena); la caza del jabalí y las expediciones de aventura a través de sus cerros y valles privilegiados por la naturaleza virgen de la Patagonia. Durante el verano, las alternativas se multiplican, incluyendo el famoso rodeo chileno que tiene lugar durante el mes de enero.
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