lunes, 16 de marzo de 2020

Sayi Congregado, la artesana de las tortas que busca proyección internacional

La maestra pastelera Sayi Congregado (27) será la representante de la Comarca Andina en el challenge Bakerswood previsto para el 15 de abril, donde el proyecto “consiste en la elaboración de una torta gigante de bodas para 400 personas, por la cual los novios se animen a pagar un millón de dólares. Me siento orgullosa de ser una referente de la Patagonia al mundo”, explicó.


En detalle, dijo que ese día montará su obra en el Paseo los Pioneros (en el centro de El Bolsón) y que la base consistirá “en siete corazones que serán donados a merenderos barriales y a los chicos de la escuela 58 de El Coihue”.
“El reto concentra a artistas internacionales del mundo de la decoración de tortas. En este caso, hay que generar una ambientación especial que se pueda mostrar en una foto para el concurso y por la que una pareja de novios quiera pagar esa suma de dinero. La mitad de la torta será real y la mitad falsa, a través de una gran producción que quiero compartir con la gente de mi pueblo porque es algo de habitualmente no se ve”, destacó.
“La idea de donar las tortas del piso surgió de la madre de una niña que concurre a la escuelita de El Coihue (a mitad de camino entre Epuyén y El Maitén), a partir de un video compartido en las redes sociales y que rápidamente fue apropiado por la comunidad”, agregó.
Puntualizó enseguida que “el segundo piso del pastel será como para 60 personas, que será repartido entre el público que me acompañe en todo el trabajo de la puesta en escena. El resto será solo decoración y lo guardaré para mi recuerdo”.
Entre los elementos a utilizar, precisó que utilizará “materiales orgánicos y flores comestibles. La torta será totalmente blanca, con algunos detalles dorados, además de manos modeladas en chocolate tomando un corazón en oro. Seguramente el armado final demandará unas dos horas de labor y la idea es que sea al anochecer, ya que también llevará luces para realzar el trabajo y lograr una foto emblemática que se enviará al challenge”.
De igual modo, acotó que “el diseño surgió de mi propia mente y también de aportes de gente que admiro en esta profesión, absorbiendo sus técnicas y texturas”.
Acerca de Bakerswood, dijo que “es un grupo cerrado de facebook de nivel mundial, con participante de distintos países de todos los continentes, que incluye a maestros reposteros de gran nivel y reconocimiento. Este tipo de concurso anual se hace por amor al arte, donde nadie cobra y tiene el objetivo de un reto personal. Consiste en que cada uno de los miembros elabore una pieza basada en el tema propuesto, pero debe ser algo que se le dificulte. No vale que elabore lo que siempre hago, debo hacer algo diferente. Cumpliendo esta simple regla, seguramente habré completado mi reto”, aseveró.
Cabe destacar que la joven emprendedora estudió gastronomía en Tucumán, luego manejó un restaurante en El Hoyo junto a su familia, hasta que se volcó a la pastelería, donde sus creaciones sorprendieron a los clientes con  motivos tan variados como un cactus en su maceta, un asado completo (lo hizo para homenajear a un carnicero), maléfica en 3D, un estudio de arquitectura o flores “que se comen”.
Confiesa además que hasta que finalizó el secundario “era muy mañosa para comer, no pasaba de los fideos con manteca o milanesas con papas fritas, y no pelaba una papa. Pero apareció un mentor que preparó un plato que jamás pensé probar: raviolones de seso con champiñones. Me abrió la cabeza, terminé el colegio y me fui tres años a Tucumán a estudiar gastronomía, sabiendo lo que quería hacer con mi vida”.
“Surgieron en mí sentimientos de felicidad al disfrutar de la cocina, esa magia que solo genera la buena comida y las emociones que puede despertar un buen chef ante sus comensales”, concluyó. (Por Fernando Bonansea).

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