jueves, 27 de febrero de 2020

El Bosque Tallado, un clásico de El Bolsón en las alturas del cerro Piltriquitrón

Frente a la ciudad de El Bolsón está el cerro Piltriquitrón. Hasta su falda hay un camino para autos que pasa por Villa Turismo (zona de complejos de cabañas) y se ascienden 11 kilómetros hasta “La Plataforma”, lugar habitual del despegue de parapentistas.


Desde allí comienza un sendero que puede cubrirse en 40 minutos a pie hasta llegar a El Bosque Tallado, un lugar donde se entremezcla la naturaleza con el arte. Además de las 55 esculturas talladas sobre troncos, el visitante podrá gozar de la mejor panorámica del valle y las cumbres nevadas de la cordillera de los Andes (en días despejados se ven el Tronador y el Tres Picos), el lago Puelo y el río Azul.
Para completar la excursión -luego de otros 20 minutos de caminata-, se llega hasta el refugio del cerro Piltriquitrón, con una vista privilegiada y buena gastronomía regional.
Un duende, la pachamama, la serpiente emplumada, el cazador y una figura abstracta son las últimas tallas sumadas al complejo por escultores de todo el país -hechas sobre troncos de lengas secas y quemadas, restos de un incendio forestal ocurrido en el año 1980-, aunque otras más antiguas como “Señor Lengol”, “Ypuche”, “El Puma”, “El Duende Vegetal”, “El Jabalí” o “la Mujer” son las que detienen más tiempo a los caminantes para las fotos imprescindibles.
Las obras –algunas de más de 2 metros de altura– están desperdigadas, sin un orden aparente, como si fuese un bosque encantado surgido de manera natural.
La excursión dura medio día, está abierto de 9 a 18. También se puede contratar en alguna de las empresas de turismo activo de El Bolsón.
Enfrente, a la distancia, los picos nevados señalan la frontera con Chile y la cadena de refugios de montaña. A los pies de los excursionistas, el ritmo de una pequeña ciudad entre sus plazas arboladas, sus avenidas y diagonales en contraste con el verde eterno del bosque nativo circundante.
Un paseo hasta El Bosque Tallado “es un profundo acercamiento con la esencia misma de la naturaleza, allí se logra amalgamar el arte, la cultura de la montaña y la imponente naturaleza, generando la reflexión que de las cenizas apareció nuevamente la vida, perdurando el sentimiento de que muchas veces el ser humano se emociona y moviliza hacia espacios naturales de importantísimo valor como este”, cuentan los turistas los encargados del lugar.
Conocido en lengua originaria mapuche como el “colgado de las nubes”, el cerro Piltriquitrón trepa hasta los 2300 metros sobre el nivel del mar y protege a los valles de los fuertes vientos provenientes de la estepa patagónica, al punto que es factor fundamental del microclima del que hace gala la región.
Para hacer el sendero de mil metros hasta El Bosque Tallado se demora cerca de una hora, dependiendo del grupo y su ritmo. Diariamente se observa el ascenso de familias completas con sus niños y hasta personas mayores. Los únicos recaudos aconsejados son calzado cómodo, agua y protección para el sol. Al ingresar, se cobra una pequeña entrada, destinada a mantener las instalaciones.
En los años 1978 y 1982, dos incendios forestales de magnitud azotaron allí el bosque. Por años, un cementerio de gigantescas lengas tiñó de un aspecto sombrío a buena parte de este pulmón cordillerano, hasta que en 1998, la iniciativa de un escultor dio vida a una propuesta que hoy llena de luces y magia a este lugar: nacía El Bosque Tallado.
Marcelo López y su compañera, en una caminata por el sector, se toparon con el imponente y desolador paisaje de árboles quemados y la triste postal devino en la propuesta de “convocar a escultores de todo el país para hacer con ellas magníficas obras de arte en un lugar de ensueño, en las alturas, en las montañas que resguardan la vida de El Bolsón”, recuerdan.

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