lunes, 4 de febrero de 2019

Los vinos jóvenes que vienen empujando desde el sur

“Ya comprobamos los resultados de las primeras producciones, ahora queremos saber cuál es el horizonte que promete Chubut en el mapa nacional de la vinicultura”, anticipó Darío González, el enólogo que gestó la mayoría de los 30 emprendimientos familiares distribuidos desde Villa Turismo (El Bolsón) hasta Río Pico (en la cordillera) y otros en plena meseta, como Paso del Sapo, Gualjaina y Sarmiento.

Por Fernando Bonansea


Desde su óptica, la oportunidad de “ser declarada provincia vitivinícola nos abrirá la posibilidad de  herramientas que actualmente llegan solo hasta Neuquén y Río Negro”.
“Los beneficios para los emprendedores apuntan a una nueva ruta donde se privilegie la calidad y vender vino con la marca Patagonia, además del atractivo turístico de conocer los viñedos más australes del planeta”, agregó.
Enseguida resaltó las condiciones ambientales de la región “con veranos frescos y otoños secos y de gran amplitud térmica que favorecen para que los vinos desarrollen muy buena acidez natural y gran complejidad aromática. Tanto los espumantes como los tintos evolucionan muy bien en botella, tornándose delicados, suaves, agradables y redondos, lejos de ser vinos tánicos, pesados y grotescos”, según explicó.
González  mostró su “orgullo más reciente”: un merlot ahumado que embotelló en noviembre de 2015 y que “es el segundo vino natural en el mundo en esas condiciones (el primero se produjo en 2008 en Australia), surgido luego de que el incendio forestal de enero de 2012 consumió parte de la viña”, plantada en los ‘90 en los faldeos del cerro Currumahuida, en El Hoyo. “La ceniza se fue pegando en los racimos de uvas, que no se pueden lavar, y quedó con notas ahumadas”, graficó.
El ex gobernador Mario Das Neves impulsò en su momento una ley que "regula la producción de vinos en el territorio chubutense”, y se fundamentada en “políticas de impulso a la actividad vitivinícola en todas sus etapas y aspectos productivos, incluyendo la plantación, cultivo, cosecha, elaboración y fraccionado de vinos, así como también la comercialización y producción de jugo concentrado de uva, pasas, mosto, y derivados”.
Se agrega la creación de la tecnicatura de enología, que se dictará en Esquel y la promoción de una nueva “Ruta del vino”, orientada principalmente al turismo.
“Este pinot noir tiene toques únicos de esta tierra y seguramente se diferencia de cualquier otro”, valoró a su turno  Pedro Adamow, quien experimenta desde hace tres años con un pequeño viñedo en Cerro Radal, ejido de Lago Puelo.
Como él, son varias las chacras que están apuntando a la diversificación productiva en la Comarca Andina del Paralelo 42°. La mayoría apunta a viñas de poca superficie, con producciones que van desde las 1.500 a las 10.000 botellas, en la mayoría de los casos con la premisa de diversificar los cultivos de fruta fina o como un hobby “que comenzó por hacer vino para los amigos y terminamos vendiendo” bajo el concepto de “bodegas garaje”.



Paso del Sapo, un lugar excelente para las vides chubutenses

En Villa Turismo (El Bolsón),  la bodega Familia De Bernardi viene incursionando desde 2011 con “un pequeño viñedo situado al pie del cerro Piltriquitrón, con un microclima y cuidado de las plantas con verdadero entusiasmo y gran atención”, que ya está posicionada en el comercio regional con sus pinot noir, merlot, merlot rose, chardonnay y gewürztraminer, uva muy aromática que crece mejor en los climas fríos. Por allí cerca, la familia Franchetti también ofrece desde hace años sus vinos pateros.
Un poco más al sur, en el Valle 16 de Octubre, (Trevelin), Sergio Rodríguez resalta su orgullo de “honrar la producción con el esfuerzo y el trabajo diario” y lleva ya dos vendimias (600 kilos de uvas pinot noir), convertidas en sus primeros vinos “Nant y Fall”.
Un lugar privilegiado para los viñedos resultó Rincón de Los Leones (Paso del Sapo), en plena meseta patagónica, donde la familia Giacomino convoca cada otoño a sus amigos y turistas a colaborar  y compartir “el arte de cosechar, desgranar y prensar las uvas hasta lograr el mosto que en 9 meses se convertirá en vino”. Allí la “joya de la casa” es un pinot gris, sumado a un chardonnay “de mucho carácter”. En su campo de “Los Robles” también ofrece hospedaje patagónico, cabalgatas, pesca, excursiones y montañismo a orillas del río Chubut
La impulsora de la actividad fue la firma Patagonian Wines, en El Hoyo, con 20 hectáreas cultivadas y una bodega fundada en 1999. “La frontera del vino es cada vez más austral, no nos extrañemos el día que nos ofrezcan un vino de Tierra del Fuego”, anticipan los expertos.
En detalle, desde los Andes hasta la meseta central se apuesta principalmente a la producción de pinot noir, pero también a otras cepas como chardonnay, sauvignon, malbec, merlot y uvas alemanas.
Incluso en Sarmiento, al sur del Chubut, la bodega Frutos de los Lagos, de la familia Bulgheroni, cuenta con una viña de 200 hectáreas de suelos profundos que reúne “condiciones climáticas favorables para todo tipo de cosechas, de donde saldrán 15 mil litros de vino” con la instalación de una bodega boutique y “con la mirada puesta en este proyecto vitivinícola como una alternativa económica para la región”, según detallaron.
Concretamente, apuntan a los espumantes “con posibilidades de exportación”. Según los técnicos, “el clima adverso que presenta la Patagonia es beneficioso para la vid; es decir que mientras más viento haya, más evaporación de suelo y mayor pobreza de la tierra, se enriquece la proyección del viñedo. Gracias a esas características se ha depositado mucha confianza en esta idea de tener un vino de origen”.



“Los resultados son excelentes, tratamos de que surjan pequeñas bodegas artesanales orientadas a que muchas familias puedan fabricar su propio vino y diversifiquen su economía, principalmente con el turismo” (Darío González, enólogo).


“Las ventajas de lugares como Paso del Sapo son múltiples para proyectos de mediana escala. El costo de la tierra en la meseta es 50 veces menor que en la cordillera, hay mano de obra disponible. Es una propuesta amigable con el medio ambiente y una buena alternativa a la minería” (Darío González, enólogo).

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